El amor entre las pantallas LED y la publicidad

Hoy en día el mundo de la publicidad ha cambiado, así como los formatos para ponerla en práctica. Una demostración de ello, es la gran cantidad de marcas o empresas que usan pantallas LED para llegar a sus clientes. 

Esto en parte a que son soportes de un alto atractivo visual y que imprimen de realismo lo que se quiere transmitir. Ya no son solo imágenes, mensajes o vídeos lo que se aprecia; sino todo un espectáculo con un gran poder de persuasión en los espectadores. 

No hay mejor ejemplo para esto, que ver las principales calles de Londres, New York, París, Las Vegas o Tokio. Todas se han convertido en enormes escaparates LED, que trasmiten en tiempo real vídeos, imágenes, mensajes o anuncios de forma simultanea; convirtiéndolos así en un increíble reclamo publicitario y una inversión asegurada. Por eso, podremos encontrar pantallas para cada necesidad y ajustadas al uso o ubicación. 

En cuanto a su ubicación, encontramos pantallas de dos tipos:

Las de LED de interior: tienen un gran poder de atracción para los clientes. Son pantallas con un buen tamaño y luminosidad, que llaman la atención de forma inmediata. Están formadas por píxeles muy pequeños, lo que permite la visualización a distancias cortas.

Se recomiendan para escaparates, ventanas, paredes o techo en tiendas o negocios. Funcionan a través de un software especial y permiten transmitir por franjas horarios, decidiendo así como, cuando y el mensaje que el cliente recibirá.

Las de LED de exterior: cada día son más las pantallas de LED que podemos ver en las calles o grandes espacios abiertos. Y es que las vallas o carteles convencionales, han dejado de funcionar, como lo hacían antes. Ahora el consumidor demanda algo más original y atractivo.  

Estas pantallas, presentan una luminosidad mayor que las de interior, lo que permite puedan ser apreciadas a plena luz del día o cuando se esta nublado. Además están preparadas para resistir a la lluvia y a otros elementos externos. Lo ideal es colocarlas en áreas de paso, para que puedan ser visibles durante todo el día o la noche, por la mayor cantidad de personas.  

Fuera de su ubicación, también se puede jugar con la orientación. Usando una horizontal o vertical en función de las necesidades de comunicación.

En cuanto al uso, si queremos que nuestro contenido sea visto de manera adecuada y no como imágenes pixeladas y sin calidad, debemos poner especial cuidado al momento de elegir la dimensión y resolución correcta.      

Para la emisión de imágenes o vídeos, lo mejor es contar con pantallas iguales o superiores a 30.000 píxeles y siempre teniendo en cuenta el píxel pitch (paso de píxel). Esto es la distancia existente entre el centro de un píxel y el centro del píxel a su lado.

No es lo mismo emitir mensajes en pantallas pequeñas a distancias cortas que en pantallas gigantes colocadas en grandes espacios. Las primeras, nos permiten jugar con un contenido más largo y profundo, porque contamos con tiempo para que las personas se detengan y puedan apreciarlo. A diferencia del segundo uso, donde el contenido debe ser sorprendente, dinámico y corto para que rápidamente las personas, puedan ser impactadas. 

Las pantallas LED, son sin duda un formato de publicidad que ha llegado para cambiar la forma de emitir el mensaje. Ahora tenemos una mezcla entre vídeos, imágenes o textos creados para sorprender y captar nuestra atención. 

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